“Sociedad Anónima”, más allá del juego de palabras, es una serie de gente común, avanzando despacio, pero nunca inmóviles. El lente se detiene ante los descastados de la sociedad, La Habana en esencia, la vida cotidiana que todo aquel que ha vivido esa ciudad pocas veces se ha detenido a mirar. Miradas a lo más profundo de cada personaje y a su propia realidad. En ellas se adivinan universos llenos de frustraciones y esperanzas extraviadas en los laberintos de su existencia. Vidas despojadas de mucho pero ricas en estoicidad, personajes que dentro del universo despiadado en que se desenvuelven, han sabido crear un mundo diferente y paralelo, resistente y propio en el que poner a salvo sus existencias.
En esta serie cada imagen es un capítulo con una gran historia donde el autor parte de las personas, a su contextos, de lo general a lo particular, y viceversa. Me atrevo a decir que la obra de Güiro, es una gran contribución a una nueva forma de hacer fotografía documental en Cuba. Un género marcado por el blanco y negro y a veces congelado en los referentes de la fotografía épica. Güiro apuesta por el tratamiento del color elegantemente cuidado y por composiciones dípticas que enriquecen sus historias, propiciándole a las imágenes un mayor abanico de interpretaciones, sin renunciar a la estética.
Heli Seuret-Cohen